martes, 14 de mayo de 2013

El Pez que no quiso Evolucionar


Evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir en un mundo que apenas nos permite adaptarnos a cada cambio.




Había una gran agitación en la zona de las grandes lagunas. Todos los animales acuáticos tenían una asamblea convocada por la tortuga. Aunque el nivel de las aguas era sobrado, había descendido en los últimos años y eso inquietó al viejo reptil. Por ello mandó llamar a la comunidad de animales de la vecindad para trasladar sus conclusiones.

"Amigos, imagino que os habréis fijado en que cada vez hay menos agua. Sé que aún no parece nada serio, pero he visto este mismo proceso con anterioridad en otras zonas de la Tierra y os vaticino que se aproximan siglos de dura sequía".

Ante estas palabras se organizó un gran revuelo. Todos habían percibido un suave y continuado descenso del caudal de las lagunas, pero nadie creía que pudiera ser tan grave. "¿Por qué nos habrá citado si hay agua de sobra?" se preguntaban unos a otros.

El centenario galápago dio respuesta a la inquietud despertada: "Os he convocado porque afortunadamente todavía nos queda mucho tiempo, y podremos superar esto sin problemas si empezamos a actuar desde hoy. Para que sobrevivan nuestras especies tenemos que EVOLUCIONAR".

Todos quedaron estupefactos. Nunca se habían planteado tal cosa y tras el shock inicial, comenzaron a preguntar cómo hacerlo.

"Cada día, estaremos unos minutos fuera del agua, el que no pueda que empiece por unos segundos y poco a poco que vaya ampliando. Debemos hacerlo una y otra vez, y enseñarlo a las generaciones venideras, para que cada especie evolucione con el tiempo, y así lograr que todos podamos mantenernos en un entorno sin marismas.

Debemos también cambiar nuestros hábitos de alimentación y cada día ir comiendo algo que no esté en el agua, hasta que acostumbremos a nuestro cuerpo a digerir plantas del exterior".

No sin ciertos temores, todos empezaron con el largo y concienzudo plan de acción. En unas decenas de generaciones lograrían respirar fuera del agua, alimentarse con comida que crece en la tierra y hasta podrían moverse fuera del ámbito acuoso. Todos menos un pequeño pez, histórico de la laguna, que se negó a participar en este proceso. Convencido de la exageración de la tortuga no hizo caso y pronto disfrutó de la torpeza de sus vecinos ganando capacidad para cobrar más comida. Las otras especies, a medida que evolucionaban, eran menos competitivas dentro del agua. El pez veía descender las aguas, pero mantenía la visión de que algunas lluvias arreglarían a tiempo el problema. Al cabo del tiempo, tan sólo unas pocas charcas con apenas un dedo de profundidad hacían recordar que en esos parajes hubo alguna vez unas marismas.

El pez agonizaba, y ese verano, el más duro que se recordaba, acabaría con seguridad con el agua que quedaba. Delgado, sin poder moverse, lloraba su desgracia. Justo entonces pasó la tortuga a su lado y le dijo: "Tuviste la misma oportunidad que los demás. En este mundo de cambios constantes evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir".

El pez, aún sin comprender gritaba: "Qué mala suerte he tenido, todo se ha puesto en mi contra y para colmo este verano terrible, qué fatalidad. Tú lo dices porque eres una tortuga y puedes desenvolverte por donde quieras, pero no tienes ni idea de lo que es esto".

La anciana tortuga sonrió y antes de irse le comentó: "Mi infeliz amigo, hace mucho, mucho tiempo, yo era un pez estúpido como tú, y también me llegó la oportunidad de evolucionar".

Aunque me presté a ello, no lo tomé en serio, y es por eso que soy así de torpe sobre tierra, me temo que jamás llegaré a volar y apenas me desenvuelvo con soltura bajo el agua. Durante años eché la culpa a la mala suerte, y ahora ya he aprendido que soy yo el único responsable, pues cuando la realidad me mandaba sus señales me empeñé en no hacer caso, en no cambiar nada en mí y casi me quedo fuera de este nuevo mundo. Me marcho, he decidido que debo ser más rápida, así que he de correr un poco más cada día, y así podré evolucionar a algo superior, pues parece que vendrán tiempos de escasez y quiero seguir siendo competitiva para entonces".

El pez murió en el barro, en el lodo de los que no hacen nada, de los que no quieren cambiar, en el lodo de los mediocres que, embriagados por la abundancia de hoy, no saben ver la necesidad de cambio, de evolución, para seguir existiendo mañana.

"Igual que el pez, hay muchos de nosotros que, aún viendo las nuevas exigencias y tendencias que habrá que afrontar en el futuro inmediato, no asumen la evolución como necesidad  inminente. Hay quien  espera pasivo que al final las cosas acaben por volver a ser como antes, sin entender que en el entorno competitivo actual las empresas y la vida misma están en continuo progreso y los que no sean capaces de evolucionar con ellas, por fuertes o competentes que sean hoy, pasarán a engrosar la lista de los extinguidos, al igual que el pez de la fábula, por quedar desfasados de su mundo." 

Extraído del libro de Francisco Muro  ( El pez que no quiso evolucionar)

sábado, 11 de mayo de 2013

No saber escuchar




* Comunicarse adecuadamente es una responsabilidad de dos:
el que habla y el que escucha.

* Más que oír las palabras o sonidos, saber escuchar significa:
- Entender lo que la persona me quiere decir.
- Ayudarle a expresar sus sentimientos e ideas.
- Mostrar el respeto y aceptación por lo que dice, aún si no estamos de acuerdo.
- Aceptamos a la persona y sus diferencias, pero expresamos con respeto, nuestro desacuerdo.

* Cuando sabemos escuchar, podemos:
- Resolver conflictos y diferencias.
- Evitar malas interpretaciones.
- Demostrar nuestro respeto por la persona que habla.
- Aprender de lo que escuchamos.
- Evitar perder el tiempo.

* Para escuchar bien, es necesario:
- Poner atención, mirar a los ojos de la persona que habla y mostrarle con nuestros gestos y expresión que 
lo estamos escuchando.
- No pensar en otras cosas o en lo que queremos responder.
- No interrumpir.
- Preguntar siempre que tengamos alguna duda, respecto a lo que nos están diciendo.
- No reaccionar ante los desacuerdos. Esperar a que la otra persona acabe de hablar, para contestar.

Falta de respeto por la otra persona.

Cuando no respetamos o aceptamos al otro, no le damos importancia a sus opiniones y sentimientos.
Nos burlamos, lo ignoramos, platicamos lo que nos cuenta, etc.
Esta actitud trae consecuencias que quizás nos molesten. Pero nosotros lo estamos propiciando.
Recuerda que cada persona es diferente y tenemos que aceptar y respetar esas diferencias.
La otra persona tiene el mismo derecho que nosotros a pensar y sentir de manera diferente.

Sin embargo respetar no quiere decir estar de acuerdo.

Etiquetar a la persona.

Cuando calificamos a alguien de determinada manera y nos formamos una imagen de acuerdo a esa calificación (la etiquetamos), ya no la vemos, ni la escuchamos.
Actuamos de acuerdo a la etiqueta.

Problemas anteriores, no resueltos.

Si estamos enojados, resentidos, etc., con una persona, por situaciones del pasado, estos sentimientos impiden que le prestemos atención a lo que nos quiere decir en el presente.
Cualquier palabra o gesto sirve como detonador de nuestras emociones y perdemos de vista el tema que queremos tratar.

Demasiada tensión o enojo.

No importa si nuestras emociones negativas son resultado del tema que se está tratando o no.
Si son demasiado intensas nos impiden hablar con claridad y escuchar con atención y respeto.

Experiencias pasadas, dolorosas, relacionadas con el intento de comunicarse.

Cuando hemos sido criticados, rechazados o ignorados o si, en el pasado, nuestros esfuerzos por aclarar los problemas fueron inútiles, no es difícil tener una actitud abierta ante una comunicación importante.
Recuerda que es necesario hacer el esfuerzo y estar conscientes de que es otro tiempo y que en este momento tenemos más herramientas y experiencia.
Además siempre podemos aprender.
El pasado no tiene porque ser determinante de nuestro futuro.

Miedo a exponerse.

El temor al rechazo, la burla o a sentirnos vulnerables, puede impedir que nos comuniquemos con los demás.
Si nos dejamos vencer por este temor, dejamos los problemas sin resolver o nos alejamos emocionalmente de la gente que nos importa.

Pensar que el esfuerzo no va a servir de nada.

Esta actitud pesimista, puede servirnos de excusa para evitar el esfuerzo y disfrazar el temor a fallar.
Pero, a largo plazo, la pérdida es mucho mayor.

Falta de claridad para detectar nuestros sentimientos, pensamientos y deseos.

En ocasiones es difícil o doloroso mirar hacia nuestro interior, pero mientras más nos conocemos más probabilidades tenemos de lograr nuestras metas y deseos y obtener mayor bienestar y felicidad.

Falso orgullo.

- El falso orgullo busca dar la impresión de una seguridad, confianza, fuerza y reconocimiento de uno mismo, que en realidad no existe.
- Está basado en el deseo de demostrarle al otro y a uno mismo que uno es mejor que los demás y que por lo tanto no podemos "perder nuestra dignidad".
- Es un orgullo infantil basado en la creencia de que si cedo, reconozco mi error, pierdo, etc. significa que soy incapaz o menos valioso que los demás.
- Generalmente el falso orgullo esta basado en una imagen equivocada de uno mismo, construida para evitar sentirse inferior o inseguro.

jueves, 2 de mayo de 2013

POR QUE TUS HIJOS HACEN LO QUE HACEN?



Te contestaré con 6 razones:

1.- PORQUE TU LOS DEJAS.
Hacen lo que hacen porque tú se los permites, los hijos se convierten en lo que son, porque sus padres lo permiten, así de sencillo. Si tu hijo está haciendo un desastre de su vida, esta respuesta no te va a gustar, tu vendrás a mí y me darás un millón de excusas, le vas a echar la culpa a la música que escucha, a las películas que ve, a los libros que lee (si es que lee), a la violencia que transmite la TV, al sistema educativo, o a la presión que ejerce la sociedad (o sus amigos), créeme, lo he escuchado miles de veces así es que has a un lado la indignación y piensa en esta verdad: Tus hijos son producto de tu paternidad (de tu manera de educarlo).

2.- NO HAY CONSECUENCIAS DEL MAL COMPORTAMIENTO.
Los padres dejan hacer a sus hijos lo que quieran, con muy poca información de lo que es aceptable y lo que no lo es. Si ellos hacen algo mal, no hay consecuencias por el inaceptable comportamiento. Algunas veces decimos: "si haces esto te va a pasar aquello", y si no haces aquello te va a pasar esto", después ellos no hacen lo que tienen que hacer y no pasa nada, no cumplimos la promesa de las consecuencias advertidas. Sabes en que se convierte un padre que no cumple con las consecuencias advertidas?, en un MENTIROSO; y eso justamente aprenden nuestros hijos, a mentir y a no creernos.

3.- TU LES DICES A TUS HIJOS QUE SON ESPECIALES.
Quizás no vas a estar de acuerdo conmigo en esto, créeme que a mí también me resultó difícil entenderlo y aceptarlo, pero es una realidad. Si tu eres de los que actualmente cree que su pequeño ángel es especial, lamento decirte que no lo es; si tu le dices a tus hijos que son especiales muy constantemente, los perjudicas más que ayudarlos, Tu hijo es especial para ti y solo para ti, no lo es para nadie más. Tu hijo nació con todo tu amor y verlo crecer es toda una maravilla, sin embargo cuando crece y cruza tu puerta para ir a la escuela, él, solo es un niño más en la lista de la escuela, y no hay nada de especial acerca de él. En el mundo real, tu hija no es una princesa, ni tu hijo un príncipe, solo es un niño más. Los hijos deben entender y aprender a crecer sabiendo que al instante que dejen tus amorosos brazos y entren al mundo real, nadie los amará por la única razón de que ellos existen, como lo haces tú.

4.- TU HACES QUE TUS HIJOS SEAN LA COSA MAS IMPORTANTE EN TU VIDA.
Ellos no lo son. Yo sé que tu piensas que lo son pero no es así; cuando tu dejas a tus hijos pensar que son la persona más importante en tu vida, ellos aprenden a manipularte y tu terminarás haciendo lo que ellos digan. Tus hijos son importantes, no me mal entiendas, tus hijos deberían ser amados incondicionalmente; pero los padres que ponen por encima de todo, la felicidad de sus hijos y sacrifican su propia vida y algunas veces su matrimonio también, entonces cuando acabe la labor como padre, tus hijos crecerán y te dejarán, e irán en busca  su propia felicidad y tú te quedarás únicamente con tu esposo (a). Si todo tu tiempo y energía lo gastas únicamente en tus hijos, cuando ellos se vayan tu no tendrás la certeza de que tu compañero(a) estará contigo; esa es una de las razones porque hay divorcios luego de que los hijos se van, pues la única cosa en común que tenían eran los hijos, y nunca trataron de alimentar el amor marital como lazo de unión que no fueran los hijos. Esto mismo pasa con las madres y padres solteros, ellos gastan tiempo y energía en sus hijos, sacrifican su propia vida, pensando que lo mejor es servir a sus hijos y poner su vida "en espera" mientras los ayudan a madurar, pero después los hijos se van y ellos se quedan solos sin compañero(a) con quien envejecer juntos, por lo general terminan tratando y viendo a su hijo de 50 como si fuera de 4 años.

5.- FALLAMOS AL ENSEÑARLES LA DIFERENCIA ENTRE DERECHOS Y PRIVILEGIOS.
Los hijos tienen entre otros los siguientes derechos: a la vida, a jugar, a la libertad de opinar, a una familia, a la protección contra el trato negligente, a la alimentación, etc. Los privilegios son concesiones ganadas por una acción determinada; a nuestros hijos les compramos cosas, lo más actual en videojuegos, por ejemplo, o ropa o zapatos de marca, o una mascota, e incluso los llevamos al cine o a vacacionar, les compramos celulares, etc, etc. y todo gratis, a cambio de nada, hoy te digo que aunque te sobre el dinero para complacer a tu hijo, tienes que enseñarle a ganárselo; él tiene que saber que las cosas que le gustan cuestan y hay que pagar un precio por ellas, incluso estas cosas te ayudarán en la negociación de actitudes y comportamientos.

6.- TRABAJAS EN EL AUTOESTIMA DE TU HIJO.

La palabra autoestima es una palabra compuesta de auto: uno mismo, y estima: amor, o sea, amarse a uno mismo. Tú no le puedes proporcionar una valoración positiva de él mismo, confundimos el animarlos y apoyarlos con aumentar su autoestima y cambiamos la regla de "si tiene alta autoestima tendrá éxito en todo", pero en realidad es al revés "si tiene éxito en todo, aumentará su autoestima". Así que si quieres que tengan autoestima alta, enséñale a alcanzar sus éxitos.

Pequeños consejitos que pueden ayudar a tener padres felices y niños felices. Adaptados a la sociedad creciendo en armonía, sin violencia, con derechos y obligaciones, según las edades.


EL ARTE DE NO ENFERMARSE...




Si no se quiere enfermar...

HABLE DE SUS SENTIMIENTOS

Emociones y sentimientos que se esconden y se reprimen terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerarnos, hacer confidencias, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, ¡nuestros errores!... El diálogo, el hablar, la palabra, son poderosos remedios ¡y una excelente terapia!

TOME DECISIONES

La persona indecisa permanece en la duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.

BUSQUE SOLUCIONES

Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren lamentarse, murmurar, ser pesimistas. Es mejor encender un fósforo que lamentarse por la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

NO VIVA DE APARIENCIAS

Quien esconde la realidad finge, está en pose, quiere dar siempre la impresión de estar bien, mostrarse perfecto, bonachón, etc... acumula toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

ACÉPTESE

El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos a nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado y aceptar las críticas es sabiduría, buen sentido y terapia.

CONFÍE

Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relación. La desconfianza es falta de fe en sí mismo, en los otros y en Dios.

NO VIVA SIEMPRE TRISTES

El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia.

DRAUZIO VARELLA
(Médico Oncólogo y Escritor Brasilero)

LOS 10 LADRONES DE TU ENERGÍA ...




1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente. 

2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle. Las deudas no caducan con el tiempo, aunque la ley te proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de céntimo a céntimo, que perder tu preciada energía y tu palabra. 

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a renegociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio. 

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de responsabilidades y no todo el tiempo es factible, muchas veces por puro control o por no darnos el permiso, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas. 

5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad. La naturaleza, tiene ritmos y tu vida también. No actuar en el momento erróneo te quita energía y no parar cuando lo necesitas, también. 

6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas. Uno por uno, toma cada papel, cada recuerdo y hasta cada sueño y elige. 

7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Toma sol por las tardes, medita, respira, báñate en el mar, haz ejercicio en la naturaleza, escucha tu cuerpo y elimina las toxinas. Haz una cita médica y mira si te faltan minerales o vitaminas. Aliméntate con comidas orgánicas (sin pesticidas) y frescas; trabaja en la prevención para evitar la crisis de una enfermedad (un aviso un cuerpo sin energía). 

8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja; y toma la acción necesaria. Resignarte a una situación y sentirte que no tienes control, sólo conseguirá drenarte. 

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar. Entregar a Dios, siempre puedes elegir tu camino y fluir sin apegos hasta llegar a tu orilla a salvo. 

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo. 

Estar conectados a Dios y su amor es la fuente más grande de energía, mientras que los miedos, el rencor y la ira son los bloqueadores más frecuentes. Enfócate en el presente, vivir en el pasado o vivir en el futuro, solo te drenan del presente. 
Recuerda que tienes una fortuna, Dios te regaló una cuenta con latidos de vida, úsalos con conciencia, no los desperdicies y serás feliz, latido por latido.