Cuando alguien trata de hacernos sentir
culpables, se espera que digamos: "Ahora lo veo claro, veo lo mala persona que
fui, espero que puedas perdonarme por las cosas terribles que he hecho".
Tengo mis serias dudas con respecto a la
utilidad de las disculpas en la mayoría de las situaciones. Cuando alguien nos
hace sentir culpables y pensamos que le "debemos" una disculpa, por lo general
está intentando controlarnos de alguna forma.
Las disculpas sólo
tienen valor cuando reconocemos que hemos hecho daño a alguien y deseamos que
ese alguien sepa que somos conscientes de ello, y que lamentamos sinceramente
nuestro modo de proceder. En cambio, una disculpa obligada es sólo un recurso
manipulador para agregar humillación a nuestra culpa. No creo que las disculpas
de esta clase sean sanas ni útiles.
La culpa es una
emoción creada por el ser humano y crear sentimientos de culpa en otros también
es un hábito insidioso. Echar la culpa es síntoma de otros problemas
emocionales negativos.
Todo lo que sale mal,
no debe necesariamente tener un culpable. La culpa nos persigue, nos obsesiona
y nos llega a paralizar. ¿Obtenemos algún beneficio de este sentimiento? No, y
entonces ¿Por qué la fabricamos?
Sin darnos cuenta somos
generadores de culpas, las creamos y muchas veces el entorno contribuye a que
nos sintamos culpables, porque muchas personas ante cualquier problema o
dificultad optan por buscar o señalar a otro como responsable de lo sucedido.
Cuando entramos en este juego estamos siendo manipulados, entonces llegó el
momento de retirarnos, de no estar dispuestos, y de no dar paso a este
sentimiento.
Es común que al sentir el peso de la
culpa nos hagamos continuamente preguntas sin respuestas y vamos y venimos por
esa vía sin obtener nada que nos beneficie al contrario de esta forma hacemos
que este fantasma forme parte de nuestra vida y solo logramos sentirnos cada vez
peor.
A partir de hoy cuando alguien nos haga
sentir culpables, preguntémonos: ¿Qué está sucediendo aquí? Es posible que
descubramos que se nos está manipulando para que nos sintamos culpables y llenar
así las necesidades emocionales de otra persona.
No es necesario
que nos sintamos culpables por la desgracia o infelicidad ajenas, a menos que
realmente las hayamos provocado. La empatía y la comprensión ayudarán mucho más
a nuestros semejantes. No nos sintamos presionados para pedir disculpas. La
disculpa puede ser sólo un recurso para que alguien añada humillación a nuestra
culpa. Y por encima de todo, recordemos que la culpa es una emoción creada por
el ser humano. Podemos dejar de crearla y de inyectárnoslas como una
droga.
Graciela De Filippis
1 comentario:
¿y que pasa cuando algien tiene culpas de haber herido mucho a otra persona, le pide disculpas y despues de unos dias sigue haciendo lo que le da la gana? hay que perdonarle simplemente por que si, como ya nos pidio perdon..... creo que cuando se hace daño de verdad, deja una cicatriz tan fea en el alma que ninguna disculpa es capaz de borrar, y aunque se perdone... ahi estara siempre.
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