Quizás eso sea parte de que, a fuerza de tanta picazón, podamos ir volviéndonos más sabios, y levantarnos más prontamente de cualquier Hormiguero.
También el proverbio nos señala que, aunque hayamos trabajado mucho sobre nosotros mismos, SOMOS PASIBLES DE VOLVER A SENTARNOS SOBRE UN NUEVO HORMIGUERO. Sí: tener errores de criterio es natural, porque VIVIR ES DIFÍCIL y sólo somos... HUMANITOS!
El punto será 1) Si nos damos cuenta de que se trata de un hormiguero y no nos autoconvencemos, en cambio de que es "una sensación subjetiva de picazón", criticándonos, además, por sentirla. 2) Que estemos seguros de no estar inmolándonos bajo la creencia de que ser comidos por las hormigas y sufrir "nos vuelve mejores personas". 3) Si tenemos el suficiente APRECIO POR NOSOTROS MISMOS como para NO ACEPTAR EXPONERNOS a hormiguero alguno que nos dañe (tal como cuidaríamos a un hijo o a cualquier ser querido de que no se exponga a ser dañado).
Volverse sabio es un asunto práctico, y el gimnasio para fortalecer la conciencia de sí se llama “la vida”, con sus múltiples situaciones, sus hormigueros y sus verdes jardines. Volverse sabio es, también, tenerle PACIENCIA y COMPASIÓN SANA al necio que llevamos dentro (también como se la tendríamos a un ser querido que se equivocó!); pues, después de todo, “necio” viene de “nescius”, que significa “no-saber, el que ignora”. Reconocernos parcialmente ignorantes nos salva de la arrogancia. Reconocernos parcialmente sabios nos salva... de los hormigueros!
© Virginia Gawel
PROPUESTA: Remozando el refrán podríamos decir que “de sabios y necios todos tenemos un poco”. Cómo aplica cada un@ la comprensión de este tema a sí mismos? Hablemos de nuestros propios hormigueros... y de cómo vamos aprendiendo a no quedarnos sentados en ellos! Un cálido abrazo, siempre...
No hay comentarios:
Publicar un comentario